Exposición de motivos. Los grandes cambios en el mundo, y México en él, han generado un ambiente de confusión y de inquietud, como consecuencia de los escándalos de corrupción en muchas instituciones públicas y privadas. La crisis es resultado del materialismo y del abandono -por considerarlos incómodos o superfluos, o simplemente por ignorancia culpable-, de los principios de una ética de dimensiones universales. Si pensamos que en la familia, en el círculo social y en el ámbito del trabajo profesional deben ser fomentados y aplicados los principios y las convicciones éticas, estamos obligados replantear, con gran urgencia, una ética para el mundo aduanal, para los negocios, para la sociedad, en suma, para el hombre y para la mujer de hoy. Por desligarse de la realidad concreta, muchas instituciones públicas y privadas fracasan. Por el desprecio o la ignorancia de los valores morales, muchos seres humanos hacen fracasar a las instituciones. La visión seductora de la ganancia de corto plazo impulsa el rechazo de los principios éticos, porque éstos estorban el negocio fácil y sin escrúpulos. En este contexto, el interés de CAAAREM por construir este nuevo Código de Ética y Conducta para las personas que de manera especializada concurren al sistema aduanal de la República Mexicana desde la iniciativa privada, nos obliga a actualizar un valioso instrumento, que debe ser punto de referencia y de reflexión obligada, para la toma de decisiones en este complicado pero trascendental mercado para la economía mexicana. La ética institucional –integrada en el novedoso esquema actual de gobierno corporativo de instituciones públicas y privadas-, es cada vez más un punto de referencia obligado en el mundo de los negocios, pero debe ser entendida como una política consistente y vinculada con la normatividad interna. Los códigos de ética y conducta son, además, valiosos instrumentos tanto para la calificación externa como para establecer parámetros de certidumbre, dentro de las naturales condiciones de riesgo que establece un mercado competitivo. En muchas instituciones se puede lograr con relativa facilidad que las personas adquieran los conocimientos necesarios para el mejor desempeño de sus funciones. Lo más difícil de conseguir, sin embargo, es la adhesión de la voluntad a un proyecto común al que no se le descubre, a primera vista, la utilidad o el beneficio. Tal es el caso de los códigos de ética. Considerandos:
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